La reina del pop Madonna entusiasmó a cerca de 50.000 seguidores completamente entregados en el estadio Olímpico de Berlín con un espectáculo arrollador, que se desarrolló de manera calculada y prácticamente perfecta.
En su primera actuación de las tres que celebrará en Alemania de su gira mundial "Sticky and Sweet", Madonna ofreció un amplio repertorio de sus 25 años de carrera con piezas como "Into the groove" y canciones más recientes de su último álbum "Hard Candy".
Pese a la gran afluencia de público, los organizadores del concierto reconocieron que no se habían vendido todas las entradas, al igual que sucede con las actuaciones previstas a principios de setiembre en Düsseldorf y Fráncfort, con precios que oscilan entre los 77,25 y 205,25 euros (entre 113,6 y 302 dólares).
La reina del pop se presentó sobre un escenario gigantesco de 60 metros, con 16 bailarines y 12 músicos, aunque gran parte de la actuación se desarrolló sobre una pasarela de 30 metros, que se adentraba entre el entusiasmado público.
A lo largo de su actuación cambió seis veces de vestuario para mostrar todas las facetas de su personalidad, con modelos diseñados por modistos como Yves Saint Laurent, Givenchy o Stella McCartney, hija del popular ex componente del grupo de música The Beatles Paul McCartney.
La gira que comenzó el pasado sábado en la ciudad galesa de Cardiff llevará a Madonna hasta diciembre por 37 ciudades de Europa, Norteamérica y Latinoamérica.
Para realizar la larga gira, la cantante estadounidense lleva un abultado equipaje de 3.500 piezas de ropa y 250 acompañantes, entre ellos un quiropráctico, una masajista y un entrenador deportivo personal.
