Hay que ver qué grandes son los reportajes de la revista W, últimamente me estoy haciendo totalmente fan de ellos. Bien es cierto que casi que me gustó más el de Rihanna del mes pasado, pero este número con Megan Fox en la portada hay que reconocer que es una pasada. Claro que teniendo como modelo a esta chica cualquier fotografía va a salir bien, aunque le pongas un geranio en la cabeza va a estar monísima de la muerte. Así que aquí la tenemos guapa, guapísima, como ella sola.
En la entrevista cuenta muchas cosas como su sentimiento maternal y cómo está segura de que será una gran madre (baja Modesto que sube Megan), sin embargo tampoco ha sido una de esas veces en las que podamos hablar de una de sus grandes meganfoxadas ya típicamente conocidas, pero tampoco defrauda. Comenta que, ahí donde lo véis, no le gusta nada eso de posar en lencería y verse en plan chica pin-up y que, lo más curioso de todo, es que tampoco le gusta para nada la imagen que proyecta en campañas como la de Armani. Así se hace nena, mordiendo la mano que te da de comer, no, arrancándole el brazo directamente, con lo mona que te ves en ropa interior y la de pasiones que levantas… Ay hija…