
“Justin realmente creía que ella era la definitiva, y Jessica pensaba lo mismo”, comentó una fuente cercana a la pareja al Sunday Mirror. Al parecer, han intentado solucionarlo: “aunque han trabajado mucho no han conseguido remediarlo, pero mantienen la amistad”.
Ambos están tan inmersos en sus trabajos que también podría haber hecho mella en la relación ya que “estaban increíblemente ocupados”. Tomaron la decisión entre los dos porque “era mejor separarse si las cosas no iban encaminadas hacia el matrimonio y los hijos”, según recoge el tabloide inglés. La pareja sabía desde hacía tiempo que algo no iba bien “sólo era cuestión de cuándo”.